viernes, 6 de febrero de 2009

La reunión



2000. Metal, espuma, papel periódico, tela cosida, resina.





Proyecto de instalación escultórica sobre la comunicación y sus necesarios malentendidos.
Aquí el marco teórico del proyecto:


HISTORIA DEL MALENTENDIDO

La comunicación es el primer y último acto que se realiza desde el nacimiento hasta la muerte. Las religiones postulan la comunicación inclusive después de la vida, y tal vez sea esta posibilidad de comunicación eterna el verdadero paraíso prometido. El proceso comienza desde el momento en que una persona manda un mensaje a otra, y no como fácilmente se confunde, desde que esta persona responde al mensaje recibido (el no responder es en sí un mensaje.)
El mensaje puede realizarse a través del lenguaje o del paralenguaje.

En la posmodernidad es posible detectar una indiscutible tendencia a la individualización y a la diferenciación; procesos que han influido en la dinámica comunicativa. Existen ahora nuevos medios: Internet y la comunicación virtual. Es innegable que muchas personas se comunican mejor virtualmente que realmente. Sin embargo, no es la nostalgia a una comunicación perdida lo que deberíamos lamentar; es el necesario malentendido en toda comunicación lo que ha sido malentendido. La frustración aparece desde el momento en que se espera ser entendido, como si esto fuera la condición de una buena comunicación. El entendimiento completo es imposible, y siendo optimistas, podemos aspirar a ser entendidos parcialmente hasta un nivel que podría calificarse como aceptable. Cuando alguien recibe un mensaje éste inmediatamente es recreado desde la inevitable subjetividad del receptor. El mensaje recibido no es igual al emitido. La subjetividad está determinada por nuestra condición de seres únicos. Sujetos a la Ley de Impenetrabilidad, percibimos el mundo desde un lugar en el espacio y en el tiempo: El lugar que ocupa un cuerpo en el espacio no puede ser ocupado por otro simultáneamente.

Aceptando el inevitable malentendido como condición de toda comunicación podríamos, aparentemente, ser felices. Sin embargo la frustración nuevamente aparece; esta vez al advertir que nuestros mensajes no tienen los resultados o respuestas esperadas. Toda persona realiza actos que persiguen transformar el mundo para acercarlo a lo que considera el mundo ideal. La imposibilidad de realizar esta transformación causa angustia y desesperación y hace aparecer estéril el acto comunicativo. Es la libertad de aceptación o de rechazo que tiene el otro lo que determina el éxito de nuestros planes. El otro es a la vez salvación y condena. Por eso las relaciones con los demás siempre se basan en conflictos, negociaciones y acuerdos. Al estar fuera de nuestro control encierran siempre la posibilidad de una amenaza. Es también, según Jean Braudrillard, un límite: El Otro es lo que me permite no repetirme hasta el infinito.

Es en las grandes ciudades, donde muchas personas deben compartir espacios reducidos, donde el otro se hace intolerable. Producto de esta intolerancia es la agresividad. Si existiera una relación directa entre la agresividad de la población en proporción a la densidad con que comparten los espacios en donde cohabitan, entonces habría que pensar que el ser humano tiene un límite sostenible hasta donde puede compartir y reducir su espacio vital (independientemente de la cultura). Esta intromisión al espacio vital se hace visible en la incomodidad que siente la gente cuando debe compartir espacios reducidos, como por ejemplo, el ascensor. Según estudios de psicología de la comunicación, es en los espacios reducidos donde existen menos posibilidades de comunicación entre las personas, y mientras menor sea el espacio y mayor el número de individuos, las comunicaciones se hacen más distantes e impersonales.

Sartre, en una de sus obras de teatro, nos ilustra la situación de tres personajes en el infierno condenados a cohabitar eternamente en un mismo ambiente reducido. Los personajes, quienes no se soportan, finalmente descubren cual es su castigo: los otros.
Sin embargo parece conveniente resignarnos al fracaso sucesivo y enfrentar el riesgo que implica la comunicación con el mundo exterior. Nietzsche, quien estuvo consciente de ser extremadamente malentendido, justificó la publicación de su último libro (antes de ceder a la locura) sentenciando: Está bien que no me entendáis, pero no me confundáis con otros.

El proyecto incluía la publicación de 5 avisos económicos en un periódico local. Cuando intenté publicar los avisos me dijeron en la sucursal que no publicaban "esas cosas" y que debía intentar publicarlos en la sección cultural del domingo. Obviamente si hubiera hecho esto los avisos no hubiesen tenido ningún sentido. La idea era publicar estas pequeñas historias en el formato de aviso económico, resaltando su anonimia, temporalidad y brevedad.

Aquí los avisos económicos:


o12 RELAX
COMPLACIENTE chica satisface mis necesidades Excelente comunicación sexual Después del coito pregunta: ¿Por qué me llamastes? Siento desequilibrio No contesto Pido permiso para practicar sexo anal Acepta sin alegría Aborta intento alegando dolor Se excusa Dice: Sorry No la llamo más

o19 AMIGOS
BUSCO por qué los domingos están llenos de tristeza y soledad Es por la falta de obligaciones El día feriado Silencio sagrado y aburrido Demasiado tiempo para pensar Darse cuenta Sin embargo algunos son felices La fórmula de su felicidad: Mañana: dormir Tarde: almuerzo familiar Noche: cine


o14 ESOTERICO
PARANOICO niño pensaba que todos los grandes ocultaban información Misterio oculto era la Verdad Verdad que responde preguntas Da sentido Niño muerto hoy grande reconoce que no hubiera soportado el secreto revelado Agradece por la feliz ignorancia Misterio revelado es que la Verdad no existe


O15 SERVICIOS PARA FIESTAS
FIESTA inevitable de año nuevo Encuentro chica A-1 Excelente estado Me acerco y hablamos Todo bien Drogas y alcohol rompen el protocolo Entonces pregunto: ¿Eres feliz? Chica bonita desaparece con el año viejo


O19 AMIGOS
AMOR a primera vista es real Encuentro un día mujer de mi vida Inicio cortejo amoroso Hago cosas bonitas y ella se ríe Le cuento mis sentimientos Ella escucha y dice: Tú me gustas pero ahí nomás



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